jueves, 25 de octubre de 2012

¿Somos heavys o no?

Esa frase nos la decimos algunos amigos cuando comenzamos a contar batallitas de nuestra adolescencia o bien cuando nos resbalamos confesando el gusto por algún artista, digamos sospechoso. Evidentemente, hace mención a nuestros comienzos en esto del rock´n´roll, era inevitable si habías crecido a finales de los setenta y principios de los ochenta, el que tus primeros pasos los dieras con el hard rock y el heavy metal de la época, y si eras de barrio ya ni te cuento, porque lo tenías en todas partes, en los bares que frecuentaban los chavales de más edad que tú (esos que fueron tus primeros maestros), en esos billares ya desaparecidos o hasta en tu propia casa, si tenías la suerte de que tu hermano mayor ya llevara tiempo coleccionando discos de Black Sabbath o Led Zeppelin. El caso es que era muy difícil escapar a su influjo. Luego con los años descubres nuevos estilos, grupos y artistas que por momentos parecen pasar por encima de esos primeros amores, pero no, al final cierras el círculo y cuando deseas escuchar algo que te emocione de verdad, recurres una vez más a esos clásicos que marcaron tu adolescencia. 
Hacía tiempo que lo veníamos hablando con Antonio (junto con Sandro, Santo patrón de ese paraíso en la tierra que es la sala Rocksound), el hacer una sesión de auténtico hard & heavy, una lluvia de hachas sonora que no dejara títere con cabeza, y nos pusimos manos a la obra. Conozco a unos cuantos individuos perfectos para hacer esa compilación del infierno, pero mira por donde el placer recayó en el señor Richard Royuela y un servidor, dos tipos con alma y corazón de metal. Ni recuerdo las conversaciones que hemos tenido sobre el asunto, junto a otros heavys veteranos (¿verdad Manel?), en noches de borrachera y desenfreno rockero hemos conversado, reído y polemizado sobre las mallas de Biff Byford, sobre la sobrenatural voz de Ronnie James Dio, sobre los duetos de guitarras de los hermanos De Castro, sobre la pinta de putones que se gastaban Motley Crue en el tercer disco, sobre si son mejores los Maiden de Di´Anno o Dickinson, sobre que haremos el día que desaparezca Lemmy, sobre si Pretty Boy Floyd son una de las mejores bandas de su época o simplemente recordando lo bien que sigue sonando, más de treinta años después, "British Steel". 
La noche del 9 de Noviembre es la que hemos elegido para descargar una tormenta de watios tan bestia que haga retumbar las paredes del templo de Poble Nou, así que ya sabéis, tanto si sois o habéis sido heavys como si no, estáis invitados a una noche que puede ser antológica, y si venís con un cinturón de balas o un parche espaldero de Scorpions, mejor que mejor.

sábado, 20 de octubre de 2012

Siguen pateando culos


He esperado un tiempo prudencial desde que desprecinté el disco hasta hacer un comentario más o menos objetivo, sé que mi pasión por la banda a veces me juega malas pasadas a la hora de juzgarles. Pero la verdad es la que es, y lo cierto es que "Monster", la nueva obra de Kiss, está a la altura de la leyenda. No, no es ni mucho menos una obra maestra, ni puede competir con sus grandes clásicos, no estamos en los setenta y ellos no son unos chavales hambrientos de éxito, lo han visto todo, han sobrevivido a todo y lo han conseguido todo y precisamente por eso, tiene mucho más mérito lo que están haciendo. 
Pongamos como ejemplo a otro de los grandes monstruos americanos, Aerosmith, todos estamos de acuerdo en que siguen siendo imbatibles en directo, pero cuando graban, están más pendientes de encajar en las radio formulas y de contentar a la gran masa, que de ofrecer algo digno que sea consecuente con su historia como grupo. Las Criaturas De La Noche en cambio, han registrado un álbum potentisimo, seguramente el más rockero desde "Revenge", y eso contando que "Sonic Boom", su anterior largo, tampoco estaba nada mal. 
Podremos echarles en cara su excesivo amor por la pasta, su mercantilismo exacerbado irrita hasta sus más acérrimos seguidores, podremos seguir echando en falta a las otras dos piezas del puzzle perfecto, Ace y Peter, podremos hasta hacer gracias con sus pelucas y sus excesivos trajes... todo lo que queráis, pero si hablamos de rock´n´roll, estos tíos todavía patean culos, y de que manera, sólo basta escuchar pepinazos como "Hell Or Hallellujah", "Back To The Stone Age", "All For The Love Of Rock´n´roll" o "Take Me Down Below", para darnos cuenta que además del dinero, siguen amando hacer música para unos fans que estamos agradecidos de que no se hayan convertido en otra de esas formaciones nostálgicas que se arrastran por los escenarios. 
No hace tanto, Gene Simmons comentaba que nadie esperaba nuevo material del grupo, que los fans sólo querían verlos interpretar sus clásicos. Desde esas declaraciones muchas cosas han pasado, la vuelta de algunas viejas rencillas, la expulsión de dos de los miembros originales, la ursurpación de dichos personajes por nuevos miembros... y cosas buenas también, como el inesperado rejuvenecimiento de la banda con dos fantásticos discos que seguramente nadie esperaba, así que por una vez, Simmons estaba equivocado. La leyenda continúa amigos, esperemos que por mucho tiempo, no me imagino un mundo sin Kiss.


viernes, 12 de octubre de 2012

Salvemos esto

Fotos del gran fotógrafo e inmenso
fan de la música, Álvar Luis Gabaldà
Hace tiempo, alguien metido en el negocio de la música desde hace años, nos comentó a un grupo de amigos que los conciertos de sala tenían sus días contados. Ante el auge de los festivales, no era rentable ni para los promotores ni para las bandas unos bolos donde había mucho trabajo por hacer, muchos gastos por cubrir y poco a ganar, cuando directamente no había pedidas. Aquellas palabras me produjeron cierta preocupación porque los hechos le daban la razón, mientras los festivales tanto nacionales como internacionales crecían sin parar, a los conciertos de sala cada vez acudía menos público, si antes locales como Razzmatazz, KGB o Bikini eran como nuestra segunda casa, ahora la mayoría acontecían en clubs de mucho menos aforo, como Sidecar o nuestro querido Rocksound. 
Estos últimos días  musicalmente hablando han sido muy intensos, mágicos diría yo, hemos tenido el inmenso placer y privilegio de asistir a unos cuantos recitales de los que no se olvidan, de aquellos que mientras estás disfrutándolos, estás pensando en lo afortunado que eres de tener la música en tu vida. 
No hacía mucho que había visto al canadiense Rich Hope dejarse la vida en el pequeño escenario de Rocksound ante una reducida audiencia de unas cuarenta personas. Poco después los U.S.Rails nos enseñaron, a todos los que nos acercamos a verlos, lo que era el verdadero rock americano de raíces en un bolo absolutamente sobrecogedor. Nuestros Black West nos aplastaron con su stoner metálico y nos dejaron claro que fuera hay bandas muy buenas, pero que las de aquí, las que tenemos más cerca, no les tienen mucho que envidiar. Luego llegó Malcome Halcombe y su country blues sangrante y descarnado, un tipo con pinta de homeless al que sólo le bastó una desaliñada guitarra, su voz y su talento para poner la sala al rojo vivo, y el miércoles pasado, hace nada, Saturna, otra de nuestras grandes esperanzas, al lado de los suecos Horisont, nos vuelven a demostrar que se puede mirar hacía los setenta, sonando totalmente frescos y convincentes, en un show que, para mi, ha sido el mejor en lo que llevamos de año.
Fotos del gran fotógrafo e inmenso
fan de la música, Álvar Luis Gabaldà
Todos estos conciertos han sido casualmente en el mismo lugar, el Rocksound de la calle Almogavers, el reducto que nos queda a los pocos que todavía pensamos que los conciertos de sala es en donde vamos a poder ver lo que seguramente serán los mejores conciertos de nuestras vida.
Estamos de acuerdo en que asistir a festivales como el Azkena, Hellfest, Sonisphere o tantos otros está muy bien, fiesta y un montón de buena música, pero no olvidemos a todas esas bandas, a esos pequeños promotores y esas salas que arriesgan su tiempo, su patrimonio y hasta su salud en apoyar una escena muy alejada de los grandes focos y  que es tan necesaria para nosotros como la vida misma. Salvemos esto amigos, la inversión es poca y la satisfacción mucha.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Atómico Cartel

No hace mucho destacaba en una entrada el cumpleaños de la añorada sala Garatge. Para celebrarlo se han programado multitud de eventos a los que el BAM ha contribuido poniendo el escenario situado en la Plaça Reial el nombre de Escenario Garatge. Allí, este próximo viernes 21 de septiembre actuarán ´77, Howlin´Rain y los Dream Syndicate de Teve Wynn, un cartel sencillamente impresionante que encima será gratuito.
Confieso que no soy muy fan de los Syndicate, y eso a pesar de que su directo "Live At The Raji´s" me voló la cabeza en si día, desde entonces, incomprensiblemente les he perdido la pista, habrá que recuperarlos. 
'77 en cambio, son una de mis debilidades, los he seguido desde que se dejaban el alma en las catacumbas de Sidecar y solo tenían una maqueta que me enganchó a la primera. Hoy, con dos fantásticos discos en su haber, son toda una realidad y no creo exagerar si digo que son poseedores de uno de los directos más aplastantes del estado, creedme, si todavía no los habéis visto, no sabéis lo que os estáis perdiendo. Los terceros en discordia, Howlin´Rain, son en mi humilde opinión, los autores del disco del año, así de claro, un excelso trabajo de puro rock atemporal imposible de describir y disfrutar en su totalidad si no te lo metes en vena, como mínimo una docena de veces. "The Russian Wilds" es el nombre de la masterpiece y será esa noche de viernes, una excelente oportunidad para ver si son capaces de recrear tan alta gama de sonidos e influencias sobre las tablas. Cita ineludible pues, allí nos vemos.


sábado, 15 de septiembre de 2012

Hijos de los 70´s

Los amantes del hard rock setentéro llevamos unos añítos de enhorabuena. Aprovechando la revitalizacion del estilo y el buen estado de algunos de los nombres sagrados, no paran de surgir más y más bandas de pipiolos que nos dejan con la boca abierta. 
Algunos no van a pasar del underground, otros tendrán su pequeño momento de gloria y quien sabe si alguno conseguirá algo más. No importa, de momento los grandes beneficiados somos nosotros, que estamos una época absolutamente mágica gracias a nombres como los de Magnolia, Siena Root, Radio Moscow, Dead Man, Amplified Heat, Witchcraft, Horisont, Soulbreaker Company, Burning Saviours, Bigelf, Gentelman´s Pistols, Hexx Vessel, Firebird, Blood Ceremony, Graveyard, Three Seasons, Blowback, Cuzo, Iota o tantos otros. 
El último descubrimiento ha venido de la mano de mi colega Luis Van Cleef, y si bien gran parte de estos nuevos cachorros proceden de las heladas tierras escandinavas, estos vienen de un poco más abajo, de Alemania, y han facturado un disco sencillamente demoledor, donde el hard a tope de fuzz suena absolutamente apocalíptico. Aquí os dejo un vídeo, como se suele decir, mejor una imagen que mil palabras.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Sorprendente debut

Conocí de forma fugaz a Oh La La, una banda que como su nombre indica, bebían de las fuentes del rock´n´soul de la misma manera que lo hacía los enormes Faces. Se separaron, ya sabemos que corren malos tiempos y los grupos tal como vienen, se van. Afortunadamente su cantante, Simon Meli, ha seguido su camino con nueva formación, The Widowbirds. Este tipo os lo aseguro, vale la pena, su estilo vocal corre parejo al de un monstruo como Mike Farris, y no estoy exagerando, y junto a sus nuevos compañeros ha facturado un magnifico álbum que me tiene enganchado. "Shenandoah" es su nombre y estamos hablando de rock de raíces americanas, con elegancia a raudales, abundante sentimiento soul, alma de blues, deliciosas ráfagas de folk acústico, hammonds hipnoticos, guitarras con musculo rockero y por encima de todo, la voz de nuestro hombre. Escuchalo en temas como "Tonight We Ride", "My Time" o ese primer single titulado "Dust And Stone" del que os dejo el vídeo. Espero que os guste, a disfrutar.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Aquellos tiempos de Garatge Club

Anda la gente del Garatge Club muy liada estos últimos meses. Están preparando el veinte aniversario de lo que fue sin duda una de las salas de conciertos más genuinas y especiales de Barcelona. A raíz de tener que revisar algo del material (entradas, flyers, fotos etc...) acumulado durante aquellos años para pasárselo a Xavi Rivases (uno de los responsables del santuario) de cara a a los diferentes actos que planean, no he podido evitar sumirme en un ejercicio de pura nostalgia y recordar los innumerables momentos antológicos vividos en la sala de Poble Nou.
Primero los conciertos, sabía que eran muchos, pero sinceramente, no recordaba que fueran tantos. Algunos son de aquellos que se quedarán en tu memoria para los restos. En ese grupo podría citar las dos presentaciones que Social Distortion hicieron de "White Light, White Heat, White Trash", eran los años en que editábamos el fanzine Zombi, y una de esas tardes tuvimos audiencia con Mike Ness para una entrevista inolvidable. Los Gwar también la liaron parda, aquella fue una noche histórica, no podía creer que toda la parafernalia que aquellos cafres llevaban cupiera en aquel escenario y no me podía imaginar a los miembros de la banda embutiéndose sus armaduras y sus pezuñas en el diminuto camerino de la sala. Lo pringaron todo y a todos con un teatral show con toda clase de líquidos volando por toda la sala, ante la desesperación de Xavi que temía por su colección de posters vintage. Recuerdo con especial cariño las presentaciones de bandas blackers como Immortal, Marduk o Cradle Of Filth que reventaron al aforo, inolvidable fue ser testigo de la vuelta de Descendents en un bolo brutal, como igual de impactante fue ver a Make Up dándolo todo ante una reducida audiencia.
Sigo repasando entradas y tickets hacía el paraíso y sigo recordando veladas imborrables, Down By Low, Dictators, Chesterfield Kings, tambiénla primera aparición de Rammstein en nuestro país que fue en Garatge, At The Drive In, Sick Of It All, Amen con el cantante Casey Chaos abriéndose la cabeza contra el peligrosamente bajo techo del escenario, 24-7-Spyz, Afghan Whigs, Barracudas, Model Rockets, los enormes Entombed, por no hablar de aquel triple cartel atómico con Today Is The Day, Voivod y Neurosis o aquellos míticos bolos de los hoy super estrellas Green Day. No había semana que no hubiera algo interesante.
Y si hablamos de nuestras bandas no creo que haya formación importante que no haya pisado sus tablas en un momento u otro. He visto poner el local a tope de electricidad a los Enemigos, Del Tonos, La Banda Trapera Del Río,  Barón Rojo o los mismísimos Siniestro Total que tuvieron el extraño privilegio de hacer el último concierto del club .
He tenido la suerte de presenciar como nuevos valores de aquellos años crecían sin parar: Afraid To Speak In Public, Hamlet, Killer Barbies, Corn Flakes, Subterranan Kids, Psilicon Flesh, From Heat To Toe, Chococrispies, AINA, 12 Twelve, El Legado... historia viva de esta cuidad.
Los actos a celebrar son, como no podía ser de otra manera, muy interesantes. Este próximo domingo día 6 de Septiembre exposición en Can Felipa, el día 15 del mismo mes concierto en la antigua puerta del Garatge Club (Pallars, 195), el 21 de Septiembre concierto "20 años de Garatge Club" dentro del Festival BAM y por último y como plato fuerte el 5 de Diciembre en la sala Razzmatazz se celebrará un nuevo concierto sorpresa que yo no me perdería.
Yo desde luego estaré en cada uno de esos actos, porque aún les echo de menos.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Aromas americanos y melodías embriagadoras

Ha sido uno de los discos a los que más he recurrido este verano que nos deja. Sí señor, "Southern Canon" de U.S. Rails me ha dado un montón de buenos momentos, estirado debajo de un árbol, con un buen libro y esas canciones sonando en los auriculares, creías estar en el paraíso. 
Su propuesta no es nueva, coge un poco de Eagles, una pizca de las melodías de otro mundo de Jayhawks, el sabor americano de Poco, las armonías vocales de Crosby, Stills, Nash & Young, el espíritu de The Band, y, para acabar de rematarlo, añádele las omnipresentes influencias del blues de toda la vida, y ahí tienes la ecuación perfecta para tener un gran disco. 
En unos tiempos tan oscuros como los que corren, es gratificante y diría que hasta necesario, escuchar composiciones tan cargadas de sentimientos positivos y vitalidad contagiosa como esas maravillas tituladas "Live Like We Love", "Heart Don´t Lie", "Night Bird" (escucha esas voces y simplemente déjate impresionar) o "Carry Your Weight". Diez fechas son las que harán por nuestro país este mismo mes de septiembre, siendo el día 13 en la sala Rocksound de Barcelona la primera fecha de la gira y la elegida por mi para poder disfrutar de su directo, aunque el resto del estado tampoco tiene excusa, posteriormente estarán en Valencia, Orihuela, Santa María Del Páramo, Valladolid, Madrid, Cangas Do Morrazo, Avilés, Bilbao y Zaragoza. Un extenso tour de asistencia obligada para todos los amantes de los sonidos americanos.

sábado, 1 de septiembre de 2012

El espíritu de Elvis vive


Ayer por la noche tras el grandioso concierto de Tea en el Rocksound de Barcelona, tuve el placer de encontrarme con un amigo al que hacía tiempo que no veía. Tras los abrazos y los saludos enseguida vinieron las conversaciones musicales. Le felicité por la excelente entrevista que le hizo a Ed Bonja, el fotógrafo personal de Elvis y que salió publicada el mes pasado en Popular 1, evidentemente tales palabras dieron pie a comentar el acontecimiento que el próximo día 22 de Septiembre tendrá lugar en la sala Apolo de Barcelona. Ni más ni menos que la TCB Band, el grupo de acompañamiento que el Rey tuvo en los setenta, o lo que es lo mismo, ver sobre un escenario a James Burton, a Glenn.D.Hardin y a Ronnie Tutt, un show que todos los que amamos a Elvis vamos a subrayar el rojo en nuestra agenda. El punto polémico sin duda es la elección del tal Dennis Jale como impersonator del Rey, por lo visto en algunos vídeos de Youtube, no anda muy sobrado de carisma escénico, pero en este caso eso es lo de menos, para mi, los protagonistas de la noche serán otros, y solo de pensar en tener a pocos metros de mi a una leyenda como James Burton, se me pone la piel de gallina. Por lo que me han comentado, el concierto estará dividido en dos partes de una hora con un pequeño intermedio que será aprovechado para la aparición de Joe Esposito, conocido miembro de la Memphis Mafia, que se dedicará a contar anécdotas e historias relacionadas con sus años junto a Elvis. No, no hemos tenido la suerte de disfrutar de un espectacular show de Elvis, nacimos demasiado tarde, pero todavía podemos empaparnos de su espíritu eterno con estos regalos caídos del cielo. 

martes, 28 de agosto de 2012

Tea en Barcelona

Este viernes 31 de Agosto es el día. Tea, una de nuestras mejores bandas de hard blues rock´n´roll , estarán descargando su potentes colección de canciones en la sala Rocksound. Poseedores de una de las trilogías más aplastantes del rock nacional (la formada por "Underdogs & Outsiders", "Calling The Shoots" y "There Is A Joy For Every Sadness" , eso sin contar con su ya prometedor debut "Tea"), es en el escenario donde dan la verdadera medida de la gran banda que son ofreciendo un espectáculo sencillamente matador. Incontables son las veces que he podido disfrutar de su directo, y todas amigos, os puedo asegurar que han resultado veladas inolvidables.Otra gran ocasión pues para empaparnos de ese classic hard blues que tan bien recrean los madrileños. No hay excusas para los catalanes, el 31 estarán en Bcn, pero además el día 30 tocarán en Gironella  el día 1 en Cerdanyola en el Blues Bar y el 2 en la mítica sala  La Traviesa de Torredembarra. Prohibido perdérselos.

sábado, 25 de agosto de 2012

Otra gran noche

Recuerdo muy bien la noche que Banzai presentaron su segundo largo, "Duro Y Potente", en el Palau Blaugrana de la Ciudad Condal. Aquella fue una noche histórica, un triple cartel completado por Angeles Del Infierno y Celeste Carballo, un clon femenino argentino de Janis Joplin, en el cual la banda de Salvador Domínguez (para un servidor el mejor guitarrista de rock que ha dado este país) nos demostró, a muchos de los jovenzuelos que estábamos allí, que Banzai iban a convertirse sin duda en otros de nuestros grandes héroes nacionales,, bien cerca de Barón u Obús, que estaban  ya totalmente consolidados. 
Después de unos primeros pasos titubeantes, de una primera formación estable y de la grabación de un excelente primer álbum, Salva y el bajista Tibu encontraron en José Antonio Manzano y David Biosca (ambos procedentes de los seminales Tigres De Metal), los compañeros perfectos para encarar su definitivo ascenso a la primera división del hard rock español. Danny Peyronel, teclista de Heavy Metal Kids y, ¡ojito!, los mismísimos UFO, acaban de redondear una equipo de ensueño que grabaría ese clásico titulado "Duro Y Potente", el que en palabras de un amigo, es unos de los tres mejores discos de heavy metal de nuestra historia. 
Hoy 25 años después de aquello, Banzai siguen en la brecha, y ayer en el Ripollet Rock pudimos disfrutar de una reunión que nos trajo grandes recuerdos y la convicción de que esas míticas canciones no han perdido un ápice de fuerza. 
Salvador convertido en un auténtico ícono, desprende esa aura de personaje imprescindible, de guitarrista de otra era, de superviviente de mil batallas, que después de 40 años de carrera sigue feliz subiéndose a un escenario para destripar su Stratocaster. 
Manzano por su parte, nos recordó lo escasos que son y han sido los vocalistas como él en este país. Dominando el escenario como un auténtico frontman de la escuela Plant/Coverdale. El tío además de conservar una gran imagen, hizo gala de un estado vocal envidiable. 
Biosca sigue como lo recordábamos, sobrio pero contundente, sin  ningún tipo de artificio gratuito ni malabarismos, pero llevando el timón de forma maestra, lo que se dice en plena forma. 
Lo demás, para que un escalofrío recorriera nuestra espina dorsal cada poco durante el show, lo pusieron las canciones, esos clásicos que forman parte de la banda sonora de nuestra vida, a los que recurrimos cada cierto tiempo y que, como he comentado más arriba, siguen sonando tan poderosos como siempre: "Crimen Sin Castigo", "Rock Duro", "Grita", "Luces", "No Te Enganches", "Funciona Legal", "Coche Rápido En La Noche", "Duro Y Potente", recuerdos a la etapa de Salva en la banda de Miguel Ríos con "Reina De La Noche" y por supuesto, "Banzai", "Traición", "Voy A Tu Ciudad", "No Pierdas El Tren", "Noche Negra"... Una auténtica orgía de hard rock que curiosamente fue disfrutada por un publico veterano, pero también  por uno muy joven, con una buena cantidad de adolescentes que se sabían esos temas como cualquiera de los gladiadores ochenteros que lucían orgullosos sus camisetas vintage de Judas Priest o Accept. Y es que todavía hay esperanza amigos.

martes, 26 de junio de 2012

Los Beatles en Hamburgo


LOS BEATLES Y HAMBURGO
Hamburgo
Como a casi todo el mundo al que el rock´n´roll signifique algo en su vida, adoro a los Beatles. Aunque suene trillado y hasta algo cursi decirlo, ellos cambiaron el mundo en unos tiempos en los que todavía se podía creer que cuatro tipos salidos de los arrabales de Liverpool podían llegar a ser mucho más que músicos, iniciando una revolución social sin precedentes con las únicas armas de sus instrumentos y su impresionante talento.
Pero mucho antes de la beatlemanía, de las fans histéricas, de las ventas millonarias, de ser más conocidos que Jesucristo… los británicos, siendo unos pipiolos y sin ser todavía los Fab Four, viajaron a Hamburgo, la ciudad alemana del pecado, para dar unos cuantos conciertos, foguearse fuera de los límites de su entorno y porqué no, pasárselo bien de paso. Eran adolescentes a tope de testosterona además de músicos, y fueron a caer en la cuidad adecuada y en el barrio más decadente y canalla de aquellos años en Europa, Sant Pauli, lugar de peregrinaje para todo aquel que buscara sexo, drogas y también, rock´n´roll. Hasta allí llegaron John Lennon, Paul McCartney, Stu Sutcliffe, George Harrison (que allí perdió su virginidad ante sus compañeros) y Pete Best, y quemaron la ciudad.
Museo de Los Beatles
De todas las etapas de los Beatles, esta es sin duda una de las que más me atraía, cuando eran salvajes e inocentes, vestían cuero negro   y no eran conscientes de lo que estaban a punto de conseguir. Siempre que mis amigos y yo fantaseábamos con poseer una máquina del tiempo y poder presenciar un concierto imposible, pensaba que uno de mis destinos favoritos serían aquellas largas jornadas de puro rock´n´roll que el entonces quinteto daba en aquellos infectos clubs hamburgueses, donde según ellos mismos, aprendieron a ser una autentica banda de rock, como el mismo McCartney recuerda: “Hasta entonces, éramos unos críos con ganas de pasarlo bien, después de aquello  nos convertimos en una banda casi profesional y nos dimos cuenta de que de verdad éramos buenos e íbamos a ser grandes”.
El viaje a Hamburgo tenía otro protagonista, el concierto que Tom Petty & The Heartbreakers daría en la ciudad dentro de su gira europea, pero esta vez los nervios por un evento que llevas mucho tiempo esperando, iban a ser compartidos por la oportunidad de pasar unos cuantos días siguiendo la huella de aquellos primeros Beatles, visitar los lugares más emblemáticos y ver que rastro hay todavía de aquellos jóvenes rockeros en la mítica avenida de Reeperbahn.


ATERRIZAJE EN LUBECK
La fortaleza de Lubeck
Aterrizamos en la bella ciudad de Lubeck unas horas antes de que Alemania se enfrentase a Portugal en el primer partido de los teutones en la Eurocopa. La ciudad, los coches, los locales, la gente… todos lucen la bandera germana o directamente van pintados con los colores del país, todavía faltan bastante para el match, pero es igual, todo el mundo se está preparando para el acontecimiento y de verdad es impresionante el ambientazo que se vive. Contando que estamos hablando de los primeros pasos de su selección en el torneo, no quiero pensar lo que pasará en una final.
Disfrutamos de la belleza del lugar unas horas, pero a primera hora de la tarde nos encaminamos hacía Hamburgo, tenemos prisa por llegar y empezar a sentir el ambiente del mítico barrio de Sant Pauli, vamos hasta la estación central de trenes y de ahí al centro de la ciudad norteña. Si el ambiente futbolero en Lubeck era grande, aquí ya ni te cuento, ni un taxi dejaba de lucir la bandera alemana, camisetas oficiales a tuti plen, pinturas de guerra, guirnaldas hawaianas con el rojo, negro y amarillo, jóvenes y no tan jóvenes reuniéndose en bares y locales, todos por supuesto con su bandera, brutal.
Ayuntamiento de Lubeck
Nosotros por nuestra parte necesitábamos descifrar el complejo metro germano para llegar a Sant Pauli y acomodarnos en nuestro apartamento, que estaba ni más ni menos que encima del Indra Club, el primer garito que vio a los Beatles ofrecer maratonianas sesiones de siete u ocho horas de rock´n´roll in your face, de hecho, el actual gerente del club fue el que nos dio las llaves de nuestro alojamiento y nos proporcionó un buen momento para interrogarle sobre algún asunto Beatle.
Mientras sorteábamos más y más hinchas futboleros por los andenes del metro, por fin damos con la línea de tren correcta y hacía allí nos vamos, la estación de Reeperbahn, situada justo al inicio de la calle del mismo nombre y hogar de los clubs de strippers más famosos de toda Alemania, además del lugar de correrías de los primeros años de nuestros héroes.

ST. PAULI – SODOMA Y GOMORRA
Pivote anunciando el
concierto de Tom Petty
Había visto cientos de veces la camiseta típica del barrio de St Pauli  (la pirata con la calavera y las tibias cruzadas) a los turistas alemanes que veranean en nuestras costas, y lo primero que veo cuando salgo al exterior después del viaje en metro son dos cosas: una chica con dicha camiseta y una bufanda nacional y un pivote con el cartel del concierto de Tom Petty, pienso que la vida es bella.
Seguimos la avenida dirección norte y empezamos a vislumbrar la Beatlles Platz, o lo que es lo mismo, la plaza en forma de vinilo dedicada a los de Liverpool. Cuatro figuras de metal brillante representando a los cuatro escarabajos y una quinta algo más separada representando a Stu Suttcliffe, nos reciben y nos dan la bienvenida a la calle de Große Freiheit, el templo del pecado. Dicen que la primera vez que entras en Las Vegas tienes que hacerlo de noche, para empaparte del espíritu y esplendor de la ciudad de forma adecuada, con todos los neones, letreros y espectaculares esculturas encendidas, salvando las distancias, en el caso de esta legendaria avenida se ha de hacer lo mismo. Los rimbombantes neones rosas del Dollhouse es lo primero que te impresiona cuando echas la vista hacia el interior de la calle, y una vez te aventuras a entrar ya te empiezas a imaginar a unos adolescentes Lennon o McCartney callejeando por allí, y no puedes evitar soltar una sonrisa.
Grobe Freiheit
Habíamos decidido acomodarnos primero en nuestro apartamento, bajar a cenar y dejar para el día siguiente nuestro primer contacto con el submundo Beatle, estábamos cansados y nos esperaban jornadas de mucho caminar, de todas maneras, iba ser imposible no emocionarse, porque para llegar a nuestro destino había que pasar por muchos de esos lugares de culto. Entre strippers haciendo acrobacias en las barras, señoritas mostrando sus encantos desde las ventanas de los clubs, un gentío brutal de hinchas de futbol y gente que solo iba allí a correrse una buena juerga, vislumbramos el cartel del Kaiserkeller, otro de los locales donde los ingleses dejaron boquiabierto al personal. Seguimos adelante, ya habrá tiempo de detenerse ante el templo, más locales de sexo, algún badulaque, cruzamos una calle y ahí lo tenemos, el Indra Club y justo encima, nuestro apartamento.
Vamos a buscar las llaves a un restaurante y aprovechamos para tomarnos una buena cerveza teutona y respirar el decadente aroma de St Pauli, gente extraña pulula por allí, desde grupos de judíos al uso con trenzas y traje negro, hasta los típicos que van en busca de drogas, sexo y diversión, en aquella terraza empezamos a entender la legendaria reputación del barrio de St Pauli, es hora de encaminarnos por fin hacía nuestro lugar de descanso.
Nuestro apartamento, encima del
mítico Club Indra
La portería de al lado del Indra es la nuestra, pero las llaves que nos han dado no abren la puerta, la perspectiva de quedarnos pasar la noche al raso en un lugar como aquel no es muy halagüeña, así que decidimos entrar al club ante la respuesta del tipo del restaurante que nos había hecho de enlace: “A mí solo me han dejado las llaves, no sé nada de si abren o no”. Una vez dentro, el partido ha comenzado, la locura, los gritos y las cervezas sirviéndose a la velocidad de la luz es la tónica general, aún así me fijo en el pequeño, no, pequeñísimo, escenario del local y vuelvo a imaginarme a las cinco bestias descargando los hits de Chuck Berry, Bo Didley y Elvis y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Pregunto por el gerente del lugar y viene un simpático señor que me atiende con extrema amabilidad, le cuento el problema y lo soluciona en un minuto, justo el tiempo en el que va a la barra a por un juego nuevo de llaves. Mientras las prueba y ante su presunta edad, no puedo evitar preguntarle si siempre ha vivido allí: “Sí nací aquí y siempre he vivido aquí”. Perfecto, sigo atacando: ¿Conoció la época de los Beatles? ¿Los llegó a ver tocar? La respuesta me deja conmocionado: “Yo no llegué a verlos nunca, sólo tenía un año cuando ellos tocaron aquí, pero mis padres sí que los vieron, ellos llevaban el local entonces y conocieron a mucha gente, los Beatles tocaron aquí y gente como Chuck Berry se tomaban unas cervezas mientras escuchaban música, fueron buenos años. Yo me hice cargo del club a mediados de los ochenta hasta ahora”. Sí amigos, los padres de este buen hombre trabajaron para el negrero Bruno Koschmider (el dueño de ese garito y unos cuantos más) y contrataron a los de Liverpool para tocar rock'n'roll, mientras soldados de paso y lo peor de cada zona llegaban hasta allí para gastarse los marcos que tenían en sexo y alcohol.
El Club Indra
Después de aquello subimos las escaleras de aquel legendario edificio y nos encontramos con un vetusto pero muy acogedor apartamento que iba a ser nuestro hogar en los próximos cuatro días. Curioso lugar, las bicis se amontonaban en la portería, los rellanos estaban a tope de botellas vacías y restos de comida de lo que parecía haber sido una potente fiesta, adhesivos de St Pauli y su célebre calavera por todas partes, grafitis…  mientras, la emoción vuelve a saltar cuando curioseando por el piso de arriba descubro una puerta con un cartel que reza “Entrada para los artistas”. ¿Serían esos los míticos camerinos del Indra?  Una cena aderezada con la visión de los alemanes descontrolados después de la victoria ante Portugal, un paseo por la gran avenida curioseando las súper mega stores más enormes que he visto dedicadas al sexo y a dormir, al día siguiente debíamos dejar de lado nuestra beatlemanía para cruzar al otro lado de la ciudad, el show de Tom Petty nos esperaba.

BEATLEMANÍA PURA Y DURA
Plaza de Los Beatles
Lo primero que decidimos es visitar el museo Beatlemanía, ubicado a pocos metros de la Beatles Platz, lugar dicho sea de paso, de reunión de yonkis, camellos, prostitutas y homeless que se pasan el día allí tirados entre las figuras de nuestros héroes. Lo cierto es que nos sorprendió encontrar el museo abierto, habían salido noticias de que sus puertas iban a cerrarse definitivamente ante la poca afluencia de público, pero no, allí estaba, todavía teníamos tiempo de empaparnos de más cultura Beatle antes de que desaparezca.
Museo de Los Beatles
La verdad es que la discreta entrada no incita al visitante a que se aventure en su interior, y su pequeño vestíbulo con ese cutre Hall Of Fame tampoco, allí pegadas de mala manera tenían unas cuantas fotos de algunas de las celebridades que se habían pasado por allí, entre artistas que no había oído mencionar en mi vida se colaban instantáneas de gente como Living End, Uriah Heep o el mismo Klaus Voorman, que había donado unas cuantas joyitas para la exposición.
Bajo de Stu Sutcliffe
Una vez dentro las sensaciones cambian, sin ser espectacular, sí que conseguían transportarte al Hamburgo de aquellos cuando en la primera sala te reproducían una oficina de inmigración con los pasaportes a tamaño natural de los cinco Beatles, jovencísimos, confiados, asalvajados y dispuestos a comerse el mundo. Las famosas instantáneas de Astrid Kirschner también son protagonistas y es curioso constatar la potentísima pinta de auténticos rockers que lucían en aquellos años con el pelo engominado y esas amenazadoras chupas de cuero, y de todos ellos, Stu Sutcliffe, el menos músico, el que se había embarcado en aquella aventura siguiendo a su colega Lennon, era el que mejor imagen gastaba, no lo llegó a ser, pero lucía como una auténtica estrella. 
El recorrido abarca todas las etapas del grupo, no sólo los años de Hamburgo, y lo mismo puedes disfrutar de reproducciones del Star Club y numerosa memorabilia de sus años germanos, que de algunos fetiches impagables como una auténtica Ludwig de Ringo Star, un Hofner de McCartney, los contratos originales de su estancia en el Top Ten o el Kaiserkeller, libros firmados de los cinco y dedicados a Astrid Kirschner o un cuatro pistas salido de los estudios Abbey Road.
Batería de Pete Best
Cada disco tiene su espacio (precioso y minimalista el del “White Album” y absolutamente colorido y espectacular el de “Sgt Peppers”) y es de especial interés la sala interactiva donde a un volumen atronador te van enseñando los estragos que causaban a su paso los Fab Four, con especial atención como es lógico, a los acontecidos en Alemania, pura histeria, nada que no conozcáis.
Cuatro pistas de la
grabación de los estudios
Abbey Road
Cuando llegas a la tienda del museo es cuando te das cuenta del inminente cierre del lugar, cuatro cds, algún dvd, alguna que otra camiseta, postales y chapas, nada más. Al parecer hubo un tiempo en que podías adquirir auténticas reliquias de aquellos primeros tiempos en subastas que se celebraban cada poco tiempo e incluso llegaron a comercializar replicas de las famosas chaquetas de cuero que los Beatles lucían en aquellos días, lástima haber llegado tarde. Es triste que este pedazo de historia desaparezca, aunque según parece los responsables están buscando una nueva ubicación, cuesta imaginar un lugar más adecuado y emblemático para que ese museo siga existiendo, pero así están las cosas.

ST. PAULI  DE DÍA
Cine Bambi
Sin los neones resplandecientes ni las strippers distrayéndote, era hora de buscar las huellas que dejó el grupo con calma y tranquilidad. Lo primero el cine Bambi, en cuya parte de atrás pernoctaron, se drogaron y fornicaron hasta hartarse. En aquel infecto lugar se hospedaron mientras estuvieron reventando tímpanos a la audiencia germana. Por descontado, sabíamos que dicho cine ya no existía (resultó calcinado tras la quema de un preservativo como forma de protesta de los Beatles por la expulsión de George Harrison a Inglaterra), pero sabíamos su ubicación exacta, el número 33 de Paul Rossen Estrasse, y hasta allí nos fuimos para conocer el sitio, ahora son sólo unos apartamentos de bonito estilo teutónico con un bar debajo, un pequeño grabado recuerda que ese era el lugar  y una vez más fantaseamos imaginando a Stu y Lennon pillando chicas por los alrededores después de una de sus sesiones de rock´n´roll, mientras las convencían de tomar unas copas en el Gretel & Alfons, un bar de mala reputación convertido ahora en un garito de sexo, pero que en su momento fue objeto de una de las anécdotas más curiosas de los Beatles, ya que en 1989 Paul McCartney aprovechando su gira por Alemania, volvió al local para pagar la deuda de 80 marcos que había dejado pendiente durante sus años locos en Hamburgo.
Iglesia de Saint Joseph
El Star Club tampoco existe, allí pasaron cuando el Indra se les quedo pequeño, y el revuelo que aquellos cinco ingleses estaban armando empezó a extenderse como la pólvora. Una placa señala el lugar y unos buzones con los nombres de los Beatles nos dan la pista que necesitamos para descubrir donde estaba aquel templo del rock´n´roll, cruzamos un pequeño callejón y vemos una pequeña plaza atestada de bares de todo tipo, justo a la izquierda vemos una escultura de mármol negro con grabados en oro, allí se encontraba el legendario Star Club. Un incendio acabo con la historia de tan importante lugar en las navidades del 69, pero en su década de historia por su escenario además de los Beatles, pasaron (¡ojo con los nombres!): Bo Didley, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Brenda Lee, Bill Halley o Chuck Berry… ¡casi nada!
Monumento en el Star Club
Cuando la banda tocó en este antro ya no eran los chavales jóvenes y salvajes de cuando llegaron a la ciudad por primera vez, Suttcliffe acababa de fallecer y Pete Best  había sido sustituido por Ringo Starr, pero conservaban toda energía bruta juvenil como así lo demuestra el contundente directo “The Beatles Live At The Star Club”, como los Fillmore, el Apollo o el Carnegie Hall, aquello era historia del rock´n´roll y me sentía en la gloria ante lo que fueron sus puertas.
Saliendo de nuevo hacía la calle del pecado, tan sólo unos metros más adelante y justo enfrente del Kaisekeller, se encuentra la iglesia de St Joseph. ¿Qué importancia puede tener un templo de Dios en la historia de los Beatles? Ninguna si no fuera porque en sus paredes los cuatro escarabajos dejaron su firma en forma de micción después de una noche de borrachera. Esa afrenta al igual que le ocurrió a Ozzy en El Álamo, les costó un proceso judicial y la prohibición de volver a pisar tierra germánica bajo ningún concepto. Evidentemente esto cambió cuando el fenómeno Beatle estalló con toda su virulencia convirtiéndose en algo que ya trascendía lo puramente musical. En 1966 volvieron a Hamburgo y a extasiar a las audiencias alemanas, perdonados de todos sus pecados. 
Entrada al Kaiserkeller
Como ya hemos dicho, el Kaiserkeller está justo enfrente y es otro de esos lugares de leyenda, allí los descubrió Klaus Voorman, allí se quedó petrificado ante la fuerza del grupo, allí llevó a Astrid Kirschner a que descubriera “ese sorprendente grupo inglés”, allí Astrid se enamoró de Suttcliffe separándolo de su gran colega John Lennon y allí conocen a Ringo Starr siendo éste batería de Rory Storm. De allí se fueron al Top Ten, un local mejor, siendo denunciados por el dueño del Kaiser que comunicó a las autoridades la minoría de edad de George Harrison, y el resto, bueno, el resto como se suele decir es historia, pero estaba claro que entre aquellas paredes los Beatles vivieron de todo, alegrías, tristezas, broncas (entre ellos, entre el público y con quien se les pusiese por delante) y sobre todo se hicieron músicos. 
Nuevo cartel del Indra
Todavía hoy luce en su entrada el cartel que anunciaba el concierto de Rory Storm y unos teloneros llamados Beatles, lo hemos visto reproducido cientos de veces, en revistas, libros… pero verlo allí, donde todo tuvo lugar, nos hace ponernos nostálgicos y algo melancólicos al pensar en la pena de no haber sido contemporáneos de aquellos años de inocencia e ingenuidad, cuando el rock´n´roll era todavía algo nuevo y sorprendente.
Hoy en día el Kaiserkeller conserva cierto encanto, ese neón en forma de guitarra eléctrica es ciertamente precioso, pero musicalmente hablando se ha convertido en un templo indie donde se programa desde punk rock hasta música electrónica, al parecer son famosas su noches temáticas, mientras estuvimos allí se celebró un homenaje a Marilyn Manson y otra party dedicada al rock siniestro de los ochenta.
Paul McCartney con la placa de la mítica calle
Nuestro recorrido acaba en el ya citado Indra, el más modesto pero a la vez el más encantador de todos ellos. Esa fachada roja de ladrillo antiguo conserva el encanto del antro lleno de historia, las esculturas de instrumentos metálicos de su puerta son auténticas preciosidades y  allí empezó todo amigos, y aunque hoy en día sea tan sólo una garito más sin el protagonismo de otros clubs más importantes, continua programando música en vivo (preferiblemente bandas de blues y de jazz y por supuesto grupos tributo de los Beatles) y sonando auténtico rock'n'roll a todas horas. Nos decepcionó un poco no ver su legendario luminosos con su logotipo y su elefante (lo robaron hace ya muchos años), pero ahí está, imperturbable en el tiempo, otro trocito de la historia de nuestra música.

jueves, 10 de mayo de 2012

¡Los leones siempre rugen!

Los que me conocen saben perfectamente de mi afiliación culé. Los colores del F.C.Barcelona corren por mis venas desde que era muy de pequeño, mi padre me llevara al Camp Nou y me enamorara de aquel futbolista de pelo largo que jugaba siempre con tobilleras blancas, Johann Neskens. Desde entonces sigo a mi equipo con pasión, nerviosismo, sufrimiento y alegría, vamos, nada que los que seáis futboleros no sepáis. 
Pero siempre, aparte de tu equipo, has simpatizado con otros colores por las más variopintas razones, en mi caso ese equipo siempre ha sido el Athletic Club. Quizás porque mi padre, el responsable de mi amor por el deporte rey, también lo era. Le recuerdo citando jugadores que yo por edad me perdí como aquellos míticos Iriondo, Zarra, Venancio, Panizo y Gainza y más tarde siguiendo los resultados del Athletic a la par que los del Barcelona. Los colores rojiblancos han estado siempre presentes en mi casa y eso, que duda cabe, te va marcando. 
Luego te enteras de su filosofía de jugar siempre con jugadores de la tierra, de que aún así han sido los únicos junto a los dos grandes en militar siempre en la primera división,  te familiarizas con la épica de San Mamés, van saliendo más y más jugadores con los que te vas identificando (desde Iribar hasta Julen Guerrero, pasando por Zubizarreta, Uriarte, Sarabia...) y casi sin darte cuenta eres del Athletic. 
Ayer lo pasé mal, aún reconociendo que el Atletico hizo un muy buen partido (veremos lo que dura Falcao en el Vicente Calderón) y felicitando de corazón a todos los colchoneros, tenía una enorme ilusión de que al fin el Athletic consiguiera su primer título europeo. 
Lo merecían más que nadie, su temporada ha sido buena, excelente diría yo, pero su participación en la UEFA ha sido brutal, para el recuerdo la eliminatoria contra el Manchester United, eso no nos lo quita nadie.
Ver las lágrimas de Toquero, Muniain o Llorente me llegó al alma, pero casi todos ellos son jóvenes, vendrán más oportunidades de hacer algo grande, lo próximo otra final, esta vez con el equipo de mis amores, y ahí, sintiéndolo mucho, no seré rojiblanco. Hasta entonces un abrazo a todos los leones, seguro que volverán a rugir.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Es sólo rock'n'roll...

A menudo esos conciertos de última hora, a los que te apuntas por la recomendación de un amigo o simplemente porque te salta el instinto y decides ir porque sabes que puede ser una noche para el recuerdo, son los que más se te quedan grabados. 
Recuerdo una fría noche de un miércoles invernal, cuando un par de colegas y yo nos fuimos a Sant Feliu a ver a una banda de la teníamos buenas referencias. Hacía un frío brutal, el concierto estaba a hora y media en coche, y al día siguiente había que levantarse a las cinco de la mañana, pero algo nos decía que teníamos que ir hasta el Atzavara Club y ver que tenían para ofrecernos esos tal Cherry Valence a los que no habíamos escuchado, pero que tenían loco a más de un amigo de fiar. 
El bolo fue espectacular, con una banda dándolo todo ante una reducida audiencia de unas cuarenta almas, todavía hoy, más de diez años después, tengo esa noche grabada a fuego en mi cabeza. 
Ayer mismo volvió a ocurrir algo parecido, mi amigo Manel Celeiro, como en otras ocasiones, ya nos había puesto sobre aviso en su blog, un vistazo a unos vídeos y mi conciencia gritándome que a qué esperaba, que aquella noche podíamos volver a sentir la magia del rock´n´roll en su máxima expresión, compartí esas sensaciones con un par de amigos y camino al Rocksound. 
Lo que vivimos en nuestra sala favorita no se puede explicar con palabras si no conectas con este mundo, un tipo con una guitarra acompañado de un batería, pateándonos sin piedad a base del más puro y salvaje rock´n´roll que se puede hacer en la actualidad. Porque sí amigos, este menudo canadiense llamado Rich Hope, aúna en su persona a Elvis, Muddy Waters, Son House, Charlie Rich, Jon Spencer, Hound Dog Taylor, Rolling Stones, Bo Didley, Robert Johnson, Jerry Lee Lewis, The Sonics, Howlin´Wolf, George Throogood, Kim Salmon y tantos otros íconos de nuestra música, y poco, muy poco, le importó que no fuéramos demasiados los que nos reunimos allí, el tipo se dejó el alma con un show de casi dos horas que dejó a todo el mundo extasiado. 
Es una lástima que gran parte del público apueste casi de forma exclusiva por la opción de los festivales, dejando estos sudorosos conciertos de club casi huérfanos de espectadores, porque es en en estos santuarios donde a menudo se puede disfrutar de la más pura esencia del rock´n´roll. 
Por cierto, su disco, "Whip It On Ya", igual de recomendable que su directo. 

viernes, 20 de abril de 2012

Adiós a un grande...

No, no voy a decir que siempre los he tenído en cuenta, de hecho, descubrí a The Band relativamente tarde, cuando ya había agotado todas las bandas de heavy metal habidas y por haber. Pero llega un momento en el que necesitas algo más, tu hambre de música te hace querer descubrir nuevos sonidos, otros paisajes sonoros que te hagan comprender que la vida no acababa en Ritchie Blackmore o Michael Schenker y ahí sí entraron The Band. Ellos fueron uno de los responsables de que aquel adolescente amamantado por las estruendosas guitarras del hard & heavy, abriera su mente y descubriera otros estilos que con el tiempo, me proporcionaron el mismo placer que mis queridos Rainbow o mis adorados Iron Maiden. 
Hoy, Levon Helm, el inmortal batería de aquella sobrehumana maquina de rock´n´roll, ha perdido su batalla con el cáncer. Mañana dedicaré parte del día a recordar su maestría a la hora de baquetear con gusto y elegancia, su personal voz y revisaré algunos de la larga retahíla de clásicos que nos ha dejado. Es hora de sentirse afortunado y agradecido de haber podido disfrutar de su música durante todos estos años, que allí donde haya ido encuentre la paz y la felicidad que él nos ha proporcionado a nosotros regalándonos su gran talento. Suena ahora mismo "Tennessee Stud" de su maravilloso "Electric Dirt" y ya lo echo de menos. Descanse en paz.

jueves, 12 de abril de 2012

Dave Grohl, el músico total


BACK AND FORTH, EL DOCUMENTAL

Desde siempre soy fan de Dave Grohl, me cae bien, por entrevistas parece un tipo con las ideas claras, un buen tío con excelente sentido del humor y que después de haber vendido millones de discos, todavía siente pasión por el rock y conserva el espíritu de fan, eso que te hace disfrutar cuando conoces alguno de tus ídolos o consigues trabajar con un músico al que siempre has admirado.

Sin embargo, a pesar de haber seguido todos sus pasos de manera escrupulosa, se me había pasado dedicarle unos momentos al documental “Back And Forth”. Fue gracias a la recomendación de unos buenos amigos, cuando pensé que ya era hora  de sumergirse en ese largometraje que recoge desde los últimos días de Nirvana hasta la consagración de Foo Fighters como la que seguramente es la última banda de estadios.

No hace falta decir que el visionado de “Back And Forth” es absolutamente imprescindible, para todo aquel que ame el rock´n´roll en el más amplio sentido del término. Igual que no hace falta que seas fan de Motley Crue para disfrutar con la lectura de su atómico libro “The Dirt”, con esta película pasa lo mismo, no importa que ni siquiera sepas quienes son Foo Fighters, el documental nos muestra la faceta de Dave Grohl como músico total, con talento, actitud y valentía para tomar decisiones complicadas por el bien de su banda.

En otro largometraje impresionante, el dedicado al líder de Motorhead, aparece Grohl conversando con el mismo Lemmy y Bob Kulick sobre música, más concretamente sobre las primeras grandes voces del rock´n´roll. Surgen los nombres de Jerry Lee Lewis, Little Richard y Elvis, y es reconfortante ver a músicos con tanto bagaje sobre sus espaldas, hablar con tanta pasión sobre sus gustos.

En “Back And Forth” se intuye ese mismo amor cuando Grohl habla del suicidio de Kurt Cobain y de cómo afectó su vida. La decisión de cambiar la batería por la guitarra y las voces y ponerse al frente del escenario en su nuevo proyecto, Foo Fighters, era dura, pero tenía que probarse a sí mismo y empezar a recuperar las ganas por hacer cosas.

Es muy bonito seguir la evolución de cómo una banda de garaje acaba convirtiéndose en un grupo capaz de agotar las entradas del Wembley Stadium con pasmosa facilidad, y decidir entonces, cuando estás en lo más alto, que tu nuevo álbum (el excelente “Wasting Light”) tiene que ser grabado en el sótano de tu casa, rodeado de la familia y con tu hija pidiéndote que te vayas con ella a la piscina. Gente real, honesta, pasional, que antepone su arte antes que cualquier otra cosa.

El camino evidentemente no ha sido fácil, ha habido malas épocas que también quedan reflejadas. El momento en que se decide que William Goldsmith no da la talla y se tiene que regrabar de nuevo la batería (algo que hace el mismísimo Grohl), es delicado, y se puede ver a un hombre totalmente atormentado por la decisión tomada, así como durante la sobredosis de Taylor Hawkins que deja el futuro de la banda en el aire.

Si disfrutasteis con documentales ya clásicos como “Lemmy” o “The Story Of Anvil”, no dejéis pasar la oportunidad de disfrutar de “Back And Forth”, os aseguro que pasareis un buen rato.

UNA TRAYECTORIA IMPECABLE

Pocos pueden presumir de un currículum como el suyo, la coartada alternativa  se la gana primero con Scream, la mítica banda de punk rock con la empieza a tener algo de notoriedad a niveles underground. Más tarde con Nirvana alcanzaría el estrellato total y absoluto, cuando los de Seattle explotan en todas las listas con “Nevermind”. El siguiente “In Utero” y el estremecedor “Unplugged In New York” también cuentan con sus baquetas, el suicidio de Kurt Cobain acabó con la carrera del grupo, pero no con la de Grohl.
El solito (con la pequeña ayuda de Greg Dulli de Afghan Whigs) graba el debut de Foo Fighters, un pepinazo de puro rock que sorprende a todo el mundo. Él se encarga de todos los instrumentos, pero para el futuro ya ha decidido cambiar los tambores por la guitarra y la voz, a partir de ese momento, él será el frontman.

Era hora de formar una banda y para ello reclutó a dos miembros del grupo Sunny Day Real State y a Pat Smear, guitarrista de los seminales Germs y colaborador habitual de Nirvana. A partir de ahí, el despegue definitivo, lento pero seguro, y en medio todavía tenía tiempo para diferentes proyectos.

En 1994 se rueda “Backbeat”, un film centrado en los primerísimos años de los Beatles, se forma una banda para rodar la banda sonora y junto a Greg Dulli, Dave Pirner de Soul Asylum, Mike Mills de R.E.M. o Thurston Moore de Sonic Youth, se cuelan las baquetas de Dave Grohl. Nunca se habían oído versiones tan desenfrenadas y garajeras del “Long Tall Sally”, “Carol”, “Rock And Roll Music” o “C´Mon Everybody”.

Otro de sus grandes logros fue Probot, un proyecto en el que nuestro protagonista compone una canción para cada uno de sus cantantes de heavy metal favoritos, se la envía y ellos la graban, así de sencillo. La lista tira de espaldas, Lemmy Kilmister de Motorhead, Cronos de Venom, Mike Dean de Corrosion Of Conformity, Wino de Saint Vitus/Obssessed, Mac Cavalera de Sepultura, King Diamond de Mercyful Fate, Tom.G.Warrior de Celtic Frost, Eric Wagner de Trouble, Lee Dorrian de Cathedral y hasta el mismo Snake de Voivod, graban el que para mí, es uno de los mejores discos editados en el 2004, un trallazo de puro metal.

Las colaboraciones siguen estando a la orden del día, si se lo piden, le apetece y tiene tiempo no tiene nunca una negativa, de esta forma toca al lado de Lemmy, Melvins, Tony Iommy, David Bowie, Nine Inch Nails, Mike Watt, Garbage y de nuevo se embarca en otro superproyecto.

Otro nombre que logra el estrellato después de tirarse media vida en la oscuridad del underground es Josh Homme, ex guitarrista de los imprescindibles Kyuss, que con Queens Of The Stone Age, alcanza altas cotas de popularidad. En 2002 y después de un par de potentes discos, Homme recluta al ex cantante de Screamin Trees, Mark Lanegan y sí, lo habéis adivinado, Dave Grohl a la batería. Casualidad o no, “Song For The Deaf” se convierte en el álbum más exitoso de la banda, catapultando el nombre de Queens Of The Stone Age a lo más alto.

Lo había conseguido casi todo, había vivido el underground tocando en los tugurios más infectos del punk rock, había hecho historia con Nirvana y también había conseguido llevar su propia banda a lo más alto. Si eso no fuera poco, había trabajado con casi todos sus ídolos, a la impresionante lista antes citada añade por fin a un Beatle, cuando el mismísimo Paul McArtney lo reclama para festejar que Liverpool es en el 2008 la capital europea de la cultura. Él mismo lo recuerda así: “Unirme a la banda de Paul McArtney para tocar “Band Of The Run” es algo que no se puede explicar sólo con palabras, miraba a un lado y ahí estaba él, ¡un beatle!, ¡y yo estaba tocando en el mismo escenario!, uno de los momentos musicales más felices de mi vida, a veces los sueños se cumplen”.

Con su enésimo proyecto, Them Crooked Vultures, cumple otro de sus grandes deseos, trabajar con un miembro de Led Zeppelin, el tímido y escurridizo John Paul Jones, al que también se añade Josh Homme, de Queens Of The Stone Age, con los cuales graba un nuevo álbum donde una vez más rompe con todos los esquemas.

Para acabar, dejemos que sea él mismo quien se defina como músico total: “Sólo soy un tío que compone canciones y disfruta tocándolas para la gente. He sido muy afortunado, siempre he encontrado gente con gran talento y una paciencia infinita que me han empujado ser mejor músico, si tengo una habilidad especial, es haberme sabido rodear siempre de gente especial, tanto en la música como en mi vida privada, y si siembras, al final acabas recogiendo una buena cosecha. ¿Un consejo para los grupos que empiezan? No creo que sea el más indicado, pero tan sólo les diría que sean honestos, perseverantes y profesionales, si encima la suerte les acompaña, éste es el mejor negocio en el que puedes estar metido”.