lunes, 20 de octubre de 2014

Quien tuvo, retuvo

Andan estos primeros días de otoño muy revueltos en cuanto a conciertos se refiere. La oferta no es que sea amplia, es que es inabarcable, y si como yo, tus gustos no se reducen tan sólo a un par de estilos, escoger entre tantísimas giras es una tarea complicada. Se trata de cuadrar tu economía con aquellos conciertos que para ti son de asistencia obligada, y entre los cuatro o cinco seguros brillaba uno con luz própia, The Dictators, los putos Dictators.
Cierto es que hace tiempo que el gran cerebro compositor no está con ellos, Andy Shernoff y su bajo dejaron de girar, y con él se perdió irremediablemente una parte básica e indispensable del combo neoyorquino. Tampoco Scott "Top Ten" Kempner ocupa su lugar en el lado derecho del escenario, su flamígera guitarra escupe riffs ahora en The Del Lords y no nos vamos a engañar, también lo echamos de menos, pero amigos mientras Handsome Dick Manitoba se suba a un escenario teniendo a su lado a Ross The Boss, Dictators va a seguir dando lecciones de rock´n´roll allí por donde pasen.
Lo vivido la pasada noche en la sala Bikini de Barcelona, es ni más ni menos lo mismo que vivimos tiempo atrás en lugares como Savannah, Garatge Club o el Serie Z, la demostración de que estos animales de escenario son una de las mejores bandas de rock´n´roll de todos los tiempos. Así de claro. Podemos seguir lamentándonos de que algunos de sus miembros fundadores ya no estén con ellos, pero cuando tienes a Daniel Rey, JP Thunderbolt Patterson (que con los años que lleva en nomina ha de ser considerado un Dictador más) y a ese ultra heavy bajista llamado Dean Rispler, atacando clásico tras clásico con esa clase y actitud, no tienes más que quitarte el sombrero.
Le comentaba a alguien a la salida que son un valor seguro, que es muy complicado que puedas salir decepcionado de un concierto de esta gente, y a pesar de que alguien se quejó y con razón, de ser demasiado corto (poco más de una hora), sólo vi rostros de felicidad y comentarios  que iban del más puro entusiasmo del que los había visto por primera vez, hasta palabras donde se reivindicaba una vez más su poderoso legado.
Faltaron muchas, lógico teniendo el repertorio que tienen, todos citábamos algún titulo que nos habría gustado escuchar, pero quien más quien menos tuvo su momento especial ¿El mio? Varios, me quedaría con el comienzo a tumba abierta con "New York, New York", el desatado desenfreno de ese puto himno llamado "Who Will Save Rock´n´Roll'", el mágico instante en el que Manitoba se funde con su público al ritmo de "Baby Let´s Twist", ver a las primeras filas desgañitarse con el estribillo de "The Party Starts Now", la contundencia sin limites de "Minnesota Strip" y sobre todo esos bises con "Two Tub Man" y un "Stay With Me" coreada y bailada por todo el personal con auténtica devoción. Rizando el rizo y a pesar de que los covers de Flamin´Groovies ("Slow Death") y MC5 ("Kick Out The Jams") sonaron de muerte, hubiera preferido que los hubieran sacrificado y en su lugar hubieran atacado algunas joyas más de su eterno repertorio. ¿"Loyola"? ¿"Exposed"? ¿"I´Am Right"? Eso hubiera estado muy bien, pero no nos quejemos, Dictators siguen en la brecha, pateando estómagos, reventando cabezas, y podemos seguir confiando ciegamente en que si llegan a tu ciudad, con toda seguridad la van a poner del revés a base del mejor puto rock´n´roll que se ha parido jamás.
Hoy más que nunca Dictators Forever, Forever Dictators.

sábado, 22 de marzo de 2014

Se van como señores

Ya hace un tiempo que saltó la noticia, Motley Crue se van, lo dejan, finalizan su carrera ahora que han alcanzado ese estatus que sólo consiguen los más grandes, el de ser considerados una banda clásica, el de estar al margen de modas o escenas, el de situarse por encima del bien y del mal. Después de pasar por todo, desde un infierno de drogas, sexo, muertes y por supuesto, por un éxito sin precedentes, era hora según ellos mismos de separarse. Ahora que están en su mejor momento, los cuatro miembros originales como cuando empezaron al principio, unidos como hermanos, tras pasar unas relaciones internas que han sido como una montaña rusa en estos veinticinco años juntos. 
Y lo han hecho como señores, en una rueda de prensa en la que ante un notario y abogados firmaban unos documentos en los que se comprometían a que este era el final de la banda, sin posibilidad a supuestos comebacks ni giras de reunión, ya ha habido suficientes grupos que le han tomado el pelo a sus fans con "giras de despedida" que al final, tras una buena oferta económica, se han quedado en nada, y no voy a citar nombres. Dos años de carretera les esperan, en ese tiempo pretenden despedirse de sus seguidores sobre los escenarios de todo el mundo y desean que todo el que quiera se lo pueda pèrmitir, y para ello está confirmado que en la gira americana los tickets no superaran los veinte dolares, lo dicho, como señores.
Ahora que lo dejan es inevitable dar un repaso y recordar esos momentos vividos con su música, no me duele reconocer que son uno de los grupos de mi vida, como no iba a serlo si mi primer acercamiento a Sixx y compañía fue siendo un tierno adolescente y vi la impactante doble portada de "Shout At The Devil". El pentagrama marcado sobre esa carátula negra ya impresionaba, pero cuando abrías aquella gloriosa portada alucinabas al ver cuatro tipos de cuero negro con más maquillaje que Bette Davis en "¿Que Fué De Baby Jane? y con un aura aterradora, sobretodo en el caso de Mick Mars que daba auténtico miedo. Lo que encontrabas dentro rubricaba esa imagen apocalíptica, desde el matador riff de "Looks That Kill" hasta el himno "Shout At The Devil", pasando por esa oda a las calles de L.A. titulada muy acertadamente "Danger" o temazos medio hard, medio punk, medio heavy como "Bastard", "Red Hot", "Too Young To Fall In Love" o esa tremenda "Ten Seconds To Love", una obra maestra que vendió millones y que amigos míos, inspiró el nombre de este humilde blog. 
Más tarde descubrí su guarrísimo debut y acabé de enamorarme hasta el tuétano con discos que me acompañaran siempre, como "Theatre Of Pain", "Girls, Girls, Girls" o aquel aplastante "Dr. Feelgood". 
Pude verlos en Londres y poco más tarde en Zaragoza, ya habían pasado por todo, desde el estrellato exagerado de los ochenta hasta la travesía en el desierto de los años del grunge, habían sobrevivido a todo y a todos, y ahí estaban los cuatro originales en una gira de éxitos apoyando la edición de la compilación "Red, White And Crue". Aquello fue un sueño hecho realidad, la misma sensación que tuve cuando pude ver a Jerry Lee Lewis, John Fogerty, Tom Petty o Kiss con Ace y Peter, sentí cuando aquellas cuatro bestias en un perfecto estado de forma y rodeado de llamas se materializaron ante mi atacando "Shout At The Devil", los putos Crue, los mismos que temía que acabaran en una sala de urgencias con una hipodérmica colgando del brazo o que arrastraran su leyenda por los escenarios, estaban allí, con un Wembley Arena a reventar que coreaban sus temas como si fueran lo último que fueran a hacer en sus vidas. 
En aquella noche para el recuerdo pensé por primera vez que Motley Crue ya no eran una banda de hair metal, ni siquiera una banda de heavy metal, eran un jodida banda de hard rock clásico, cualquier etiqueta que le quisieras poner, caía en mil pedazos cuando los veías sobre el escenario, ya eran más grandes que la vida. Y bien, seguramente nos tocará viajar, aunque ese "Final Tour" llegue a nuestro país, no es menester conformarse con una o dos fechas cercanas, se van para no volver y habrá que hartarse bien de ellos.
HASTA SIEMPRE Y GRACIAS POR VUESTRA MÚSICA!!!!!



jueves, 16 de enero de 2014

No hay dos sin tres

En los últimos meses he sido testigo de excepción de un par de hechos algo inesperados, pero esperanzadores. El escenario fue la sala Bóveda, los protagonistas, dos bandas nacionales, Angelus Apatrida y Crisix, ambos consiguieron un llenazo absoluto y ambos hicieron dos bolos demoledores. Lo inesperado no fue que realizaran tal demostración de poderío, conocíamos de sobras lo que son capaces de hacer, lo sorprendente fue ver la sala llena hasta la bandera, algo desgraciadamente no demasiado habitual en los tiempos que vivimos y menos tratándose de producto nacional, ya sabemos que nuestros musicos, vete a saber porqué, tienen que luchar el doble. Lo cierto es que fue una auténtica gozada ver el ambientazo creado por dos grupos a los que hemos visto nacer, crecer y llegar a ser dos alternativas serias en la escena metálica no ya nacional, si no internacional. Son demasiadas las veces que he visto a alguna de nuestras propuestas más rutilantes tocar para una veintena de personas, y ya era hora de ver a dos de nuestros grupos ocupar el lugar que por calidad, perseverancia y trabajo se merecen. 
Le llega el turno ahora a ´77, otro de esos combos a los que les tengo un cariño especial, presentan su tercera obra, el flamante "Maximum Rock´n´Roll", el lugar será el mismo donde semanas antes sus colegas habían triunfado, y doy por seguro que volverá a ser otra noche para el recuerdo. Han sido tantas las veces que les he visto que se me entremezclan las imágenes de varios conciertos, pero nunca, repito, nunca he salido decepcionado de ninguno de sus bolos, más bien todo lo contrario, los cabrones siempre consiguen subirme el ánimo y que acabe pensando que con bandas así el futuro del rock´n´roll está asegurado. Ya sabéis, son lo que se dice una "real fucking rock´n´roll band" sin artificios baratos, sin esa cutre pose rockera tan en boga en algunos hypes que todos conocéis, solo sudor y rock´n´roll, ni más ni menos. Dudo mucho que a estas alturas nadie que esté mínimamente metido en esta movida no los haya visto aunque sea una vez, pero si hubiera algún caso raro por ahí fuera, el próximo viernes día 24 habrá otra oportunidad de presenciar lo que probablemente sea uno de los mejores directos que puedas presenciar hoy día, así de claro y rotundo lo digo. 
Hoy mismo me preguntaban que tipo de música hacían, tan solo rock´n´roll con pelotas y corazón, pero si quieres nombres te daré unos cuantos: The Who, Chuck Berry, Kiss, Queen, AC/DC, Bo Didley, cualquier bluesman de la factoría Chess y si me apuras hasta los Stones. Como decía al principio, no me cabe la menor duda de que reventaran la sala de Poble Nou igual que hicieron con la 2 de Apolo cuando presentaron su anterior "High Decibels", ojalá entre todos aupemos a nuestras bandas a estar en el lugar que sin duda merecen. Recordad, 24 de Enero en la Sala Boveda, esa noche llegará el apocalipsis. 

martes, 14 de enero de 2014

¿Qué está pasando?

En los últimos meses me he visto en algunas situaciones digamos curiosas, que me han hecho reflexionar en lo que está pasando en el mundo del rock´n´roll en general. No hace mucho hablaba con un familiar poco dado al tema de conciertos y muy alejado del entorno rockero, me explicaba que esperaban la llegada de un amigo de fuera y que esa misma noche después de cenar asistirían al concierto de Artic Monkeys. Me sorprendió que dedicaran esa velada a ir a un concierto de rock, cuando no tenía constancia de que pudiera interesarle ni la banda ni el estilo que practicaban, por lo que le comenté: "No sabía que te gustara el grupo", a lo que me contestó: "No me gustan, de hecho no sé ni lo que hacen, pero dicen que puede ser un gran espectáculo". Estaba claro que para él el show de Arctic Monkeys era como ir a ver un partido del Barça o presenciar un espectaculo del Circ Du Solei, un entretenimiento más en el que poco importa si la banda te gusta o no. Simplemente algunos conciertos de rock se han convertido en una alternativa más, puedes ir al cine, al teatro, a un buen restaurante o a ver AC/DC, porque amigos, no creo que las sesenta mil personas que abarrotaban el Estadi Olimpic en la última gira de los australianos, fueran amantes del grupo ni tan siquiera conocieran discos como "Powerage" o "Let There Be Rock". Recuerdo que hasta mi hermana, lo más antagonista al rock´n´roll que tengo en mi entorno, se planteó pagar el pastón de la entrada para ver a Angus destrozar su SG. Quizás hay esté la explicación de que U2 puedan llenar un Camp Nou o Springsteen arrase venga una o cien veces, el gran publico ha decidido que el rock mola, por lo menos algún tipo de rock. 
No hace ni un día, alguien que lo más rock que ha escuchado ha sido Maná, me decía: "Tú que estás enterado, ¿es verdad que los Rolling Stones van a volver a hacer una gira? Joder, si te enteras de si vienen me lo dices que no me los quiero perder por nada del mundo. Palabras textuales. ¿Conoce este hombre las excelencias de "Exile On Main Street"? ¿Significa "Sticky Fingers algo en su vida? Evidentemente no 
¿Se ha convertido nuestra música en un entretenimiento más para las masas? Eso parece y no me malinterpretéis, no me desagrada que una banda de rock, sea cual sea, reviente estadios por doquier, lo que me jode es que son cuatro los que se reparten el pastel y eso no repercute en que una escena underground se aproveche de ello. 
Volviendo a la banda de los hermanos Young, ¿os imagináis que sólo un 5% de esas sesenta mil personas se interesáran por algo más que ver una muñeca hinchable y reconocer "Highway To Hell" entre el repertorio? Seguramente que a bandas como Rhino Bucket o ´77 le irían mejor las cosas. No hay relevo generacional, con todos mis respetos, pero es vergonzoso que la gente prefiera ver a unos Stones octogenarios (o peor a una banda tributo) que a un potente joven combo que deja la piel ante un misero centenar de personas. 
Lo último fue que alguien me preguntara si ese logotipo tan molón (se refería al de Ramones) no era una marca de ropa, deberíais de ver su cara cuando le dije que no, que aquel sagrado escudo era una de las mejores putas bandas de la historia del rock. Que puta es esta vida a veces.

miércoles, 8 de enero de 2014

Otra batalla perdida... ¿o es ganada?

Conocí a Jordi Meya y a Richard Royuela a mediados de los noventa, ellos entonces eran redactores de Popular 1 y yo tenía un modesto fanzine con el que se apresuraron a colaborar desinteresadamente, un triunfo para mí, ya que como lector habitual del Popu, era todo un placer que dos de sus colaboradores se interesaran por tan humilde producto. Al tiempo al Sr. Meya le llegó la oportunidad de dirigir la edición española de Rocksound, una consolidada revista francesa que iba a ser lanzada en nuestro país de forma inminente, esa oferta llegaba casi a la vez que nuestra decisión de dejar de editar Zombi, nuestro modesto proyecto que nos estaba llevando al agotamiento físico y mental, así que en el mismo momento que Rocksound fue una realidad, Zombi dejaba de existir, y me acuerdo como si fuera ayer, Jordi me comentó: "Si te apetece, puedes continuar escribiendo con nosotros". Dicho y hecho, desde el primer número que estoy con ellos, si no me equivoco sólo Richard, Carles Ramirez y yo estamos desde el puto comienzo.
Desde entonces les he visto pasarlas de todos los colores, desde la conversión a Rockzone esquivando un marrón muy gordo, a esta última decisión de pasarse al digital, y aunque no estuviera de acuerdo al 100 % con la linea editorial y con algunos de los nombres encumbrados en sus páginas, hay que estar ciego para no reconocer que es una gran revista de rock´n´roll. 
Como un romántico empedernido en esto de la música, esta decisión de digitalizar su propuesta ha sacudido mis cimientos, soy de los que necesitan "lo físico", no puedo vivir sin poner mis vinilos, estudiar los libretos de los cds o ir al kiosko cada mes a comprar mis revistas favoritas, y Rockzone por razones obvias es especial, aquello es mi casa, lo considero algo muy mío y el ritual de bajar cada mes a la redacción a recoger la revista lo voy a echar de menos. Lo sé, soy un troglodita en vías de extinción, y al igual que no concibo leer un libro en una tablet o escuchar un disco en un Iphone, me va a costar mucho tener que leer a partir de ahora Rockzone en el ordenador, pero es lo que hay y la decisión, al margen de preferencias personales, está cargada de coherencia, inteligencia y sentido común. 

Los tiempos cambian y era arriesgado, por no decir suicida, aferrarse a un formato que por mucho que amemos ha sufrido una brutal transformación, renovarse o morir, y al fin y al cabo seguirán estando ahí, dando la vara con la última banda de metalcore a seguir o reivindicando a la última sensación punk. 
Sé que les irá bien, son gente capaz, testaruda, lista, trabajadora y lo que es más importante, aman esta movida, y sólo con ver la ilusión con la que encaran esta nueva y esperanzadora etapa que ahora comienzan, merece la pena haber perdido otra batalla contra estos tiempos que todo lo engullen, o como dice el enunciado, quizás se haya ganado la batalla y sea yo el jodido testarudo que no acepta unos cambios que me da mucha pereza incorporar a mi vida. Larga vida a Rockzone, muchísima suerte en estos nuevos horizontes que vais a explorar, y tener por seguro que seguiré ahí con vosotros, echando una mano en lo que pueda.