No hace mucho alguien me comentaba que había perdido un poco la fe en el rock'n'roll. Había asistido a algunos conciertos que le habían dejado frío y no encontraba, me decía, ninguna banda que de verdad se le instalara en su interior como lo solían hacer aquellos grupos de su adolescencia y juventud. Yo a lo mejor por pura necesidad, estaba en total desacuerdo con esa manera tan pesimista de ver la actualidad musical, continuamente están saliendo nuevas bandas que, en mayor o en menor medida, me están alegrando la vida y le comenté, conocedor de su total ignorancia sobre nuestros grupos más cercanos: "A lo mejor la solución la tienes más cerca de lo que crees". Estuvimos hablando de varios de nuestros nombres emergentes, por sus gustos amplios y eclécticos le insistí en que tratara de descubrir formaciones como Booty Hunters, Tears In Rain o Saturna, todas ellas de nuestra ciudad, y le conminé a que hiciera acto de presencia en el show que Schizophrenic Spacers iban a dar en la sala Rocksound el día 7 de Febrero, en el que encima, le dije, grabaran un disco en directo: "Seguro que sales de allí alucinando y con el magnífico nuevo álbum de la banda bajo en brazo". Al final no hizo acto de presencia y me acordé de él, palabra que lo hice, porque durante las dos horas que duró el concierto, era imposible no renovar tu fe en esto del rock'n'roll. Tras el show hablé poco con los protagonistas, pero imagino que quedarían muy contentos con una noche que sin duda quedará grabada a fuego en todos los que de una forma u otra pertenecemos al entorno rockero de la ciudad. Una sala a reventar, un ambiente cálido, expectante, curioso y excitado, y una banda literalmente dándolo todo sobre el único escenario en toda Barcelona que programa rock'n'roll todas las putas semanas del año. Al contrario que ese conocido al que no tuve la habilidad de convencer para que se diera cuenta de que si se podía confiar todavía en nuestras bandas, todos los allí presentes sabíamos del talento y poderío de los Spacers sobre las tablas. He tenido el privilegio de haberlos podido disfrutar en multitud de ocasiones, teloneando a estrellas internacionales ("Sergio is like Paul Rodgers" me dijo una vez Kevn Kinney de Drivin'n'Cryin´), liderando sus propias movidas, en noches tributos que han acabado en juergas etílicas considerables... pero en esta ocasión, quizás sugestionado por la ocasión especial de la grabación de ese futuro esplendoroso live álbum, disfruté como nunca. Verlos es como un viaje por las seis décadas de vida del rock'n'roll, mientras revientan sus excelsas composiciones intuyes las inacabables influencias de cuatro tipos que ante todo son fans, pero cuando se dedican a versionear a sus héroes es cuando viajas en el tiempo. Ya sean Thin Lizzy, Rufus Thomas, Alice Cooper, The Who o Humble Pie (por lo menos a mi su cover me suena a la de los Pie), los guiños a todos esos artistas imperecederos son constantes, una frase de Robert Johnson aquí, un vistazo a Sly And The Family Stone allá, un recuerdo a Lone Star por el otro lado... en defintiva, solo rock'n'roll y ellos lo escenifican mejor que nadie. Supongo que cada uno tendrá su momento preferido de la noche, para mí toda la velada estuvo cargada de pura electricidad, pero cierto es que hubo instantes especiales ¿Los míos? La interpretación de "Witches From The Western World", uno de mis temas favoritos de los últimos años. La fusión banda/público durante el delirio de "Walkin´The Dog". El homenaje a los melómanos que somos todos en "Collector". El ataque despiadado de "Vincent The Cat", otro de esos temas increíbles que poseen. La apoteosis dramática de un "Won't Get Fooled Again" histérico. La épica que imprimen a ese gran clásico propio llamado "Sick Minds". O ese momento estelar cuando Dani "Rusty" Hunter se une de nuevo a sus antiguos compañeros para la interpretación de esa inmortal "I Don't Need No Doctor".
De vuelta a casa intentaba recordar si tenía o no algún medio de contactar con ese conocido desencantado de todo que me llegó a decir que casi prefería asistir a cualquier concierto tributo que tirar el dinero en bandas que no le dicen nada. "En el rock ya está todo dicho, tío". Pues no, mientras tengamos a gente con ganas de hacer cosas (y esto lo hago extensible a músicos, periodistas, promotores, salas y por supuesto fans), nuestra fe en el rock'n'roll ha de seguir hacía adelante.
De vuelta a casa intentaba recordar si tenía o no algún medio de contactar con ese conocido desencantado de todo que me llegó a decir que casi prefería asistir a cualquier concierto tributo que tirar el dinero en bandas que no le dicen nada. "En el rock ya está todo dicho, tío". Pues no, mientras tengamos a gente con ganas de hacer cosas (y esto lo hago extensible a músicos, periodistas, promotores, salas y por supuesto fans), nuestra fe en el rock'n'roll ha de seguir hacía adelante.
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