
martes, 28 de agosto de 2012
Tea en Barcelona

sábado, 25 de agosto de 2012
Otra gran noche

Después de unos primeros pasos titubeantes, de una primera formación estable y de la grabación de un excelente primer álbum, Salva y el bajista Tibu encontraron en José Antonio Manzano y David Biosca (ambos procedentes de los seminales Tigres De Metal), los compañeros perfectos para encarar su definitivo ascenso a la primera división del hard rock español. Danny Peyronel, teclista de Heavy Metal Kids y, ¡ojito!, los mismísimos UFO, acaban de redondear una equipo de ensueño que grabaría ese clásico titulado "Duro Y Potente", el que en palabras de un amigo, es unos de los tres mejores discos de heavy metal de nuestra historia.
Hoy 25 años después de aquello, Banzai siguen en la brecha, y ayer en el Ripollet Rock pudimos disfrutar de una reunión que nos trajo grandes recuerdos y la convicción de que esas míticas canciones no han perdido un ápice de fuerza.

Manzano por su parte, nos recordó lo escasos que son y han sido los vocalistas como él en este país. Dominando el escenario como un auténtico frontman de la escuela Plant/Coverdale. El tío además de conservar una gran imagen, hizo gala de un estado vocal envidiable.
Biosca sigue como lo recordábamos, sobrio pero contundente, sin ningún tipo de artificio gratuito ni malabarismos, pero llevando el timón de forma maestra, lo que se dice en plena forma.
Lo demás, para que un escalofrío recorriera nuestra espina dorsal cada poco durante el show, lo pusieron las canciones, esos clásicos que forman parte de la banda sonora de nuestra vida, a los que recurrimos cada cierto tiempo y que, como he comentado más arriba, siguen sonando tan poderosos como siempre: "Crimen Sin Castigo", "Rock Duro", "Grita", "Luces", "No Te Enganches", "Funciona Legal", "Coche Rápido En La Noche", "Duro Y Potente", recuerdos a la etapa de Salva en la banda de Miguel Ríos con "Reina De La Noche" y por supuesto, "Banzai", "Traición", "Voy A Tu Ciudad", "No Pierdas El Tren", "Noche Negra"... Una auténtica orgía de hard rock que curiosamente fue disfrutada por un publico veterano, pero también por uno muy joven, con una buena cantidad de adolescentes que se sabían esos temas como cualquiera de los gladiadores ochenteros que lucían orgullosos sus camisetas vintage de Judas Priest o Accept. Y es que todavía hay esperanza amigos.
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