domingo, 25 de marzo de 2012

Cuando se cruza la frontera... (rescatado del blog de Disc K7)

Lo reconozco, últimamente estoy nostálgico. Será porque el tiempo implacable, va haciendo mella poco a poco en ti, y aunque sé que el echar demasiado la vista atrás puede ser perjudicial (ya sabéis, aquella tontería de que mejor tiempo pasado siempre fue mejor), no está mal de vez en cuando hacer un ejercicio de memoria y “recordar los viejos tiempos”.


No hace mucho he empezado a retomar viejas amistades, reencuentros con gente que hace ya muchos años eran casi tan importantes como mi propia familia, aquellos amigos de la infancia y la adolescencia con los que empiezas a experimentar las diferentes opciones que la vida te va ofreciendo. Con algunos de estos personajes empecé a descubrir muchas cosas, entre ellas la música y el rock’n’roll, y con algunos de ellos también nos atrevimos a “cruzar la frontera”, a dar el paso definitivo para unir mi vida a la música Fue cuando entendí que aquello no era un hobby temporal, que quería que fuese algo que me acompañara siempre.

Una cosa lleva a la otra y un buen día decidimos montar una banda, lo teníamos casi todo en contra, no teníamos ni un duro para equipo, por supuesto un lugar para ensayar era una utopía y claro está, tampoco sabíamos tocar. Pero amigos, ¿qué son esas nimiedades cuando se tiene la testosterona a tope y te invade una ilusión atroz por imitar a tus ídolos? Teníamos claras dos cosas: íbamos a tocar hard rock y nos llamaríamos Diamante Negro, en homenaje al que para la mayoría de nosotros era nuestro tema favorito de nuestra banda de cabecera, Kiss.


Poco a poco fueron llegando las herramientas, los guitarristas se compraron sus instrumentos y se fabricaron unos distorsionadores caseros. Un primo mío nos construyó un ampli bastante viejo pero que sonaba de puta madre, el bajista también se pilló un bajo y por fin cayó mi primera batería, un destartalado kit de color azul que sonaba a lata. Nuestro gran triunfo llegaría con el fichaje de Kike Senra, el cantante de Cuero ( el grupo más aclamado del barrio) y que más tarde llegaría a ser el vocalista de Bruque. Con el tiempo llegamos a ser uña y carne.


La casa que construyeron mis abuelos cuando llegaron a Catalunya (vacía ya), fue nuestro primer local, allí íbamos todos los sábados a ensayar nuestras versiones de Kiss y Iron Maiden y a empezar a dar forma a nuestras propias canciones. Llegábamos a las diez de la mañana y nos largábamos por la noche. No hace falta deciros que aquellos días fueron mágicos, cinco adolescentes amigos hasta la muerte, unidos por un sueño, el de pasarlo bien creando algo de música.


El tiempo fue pasando y vivimos muchas cosas y muy rápido, es curioso el pensar como ha cambiado todo, nosotros sin llegar nunca a ser nadie, tocamos en ocasiones para un público más numeroso que la mitad de los conciertos a los que voy hoy en día. En año y pico hicimos alrededor de una veintena de bolos, conocimos a mucha gente, grabamos una maqueta cutre que, ahora que he retomado la amistad de mis viejos compañeros, espero recuperar, hubo alguna pelea que otra, pero sobretodo reímos, reímos mucho.

Recuerdo las discusiones sobre música, ver a Marce y a Roque, los dos guitarristas, creando melodías, las caras de complicidad que ponía con Jose Luis, nuestro bajista, y quedarme alucinado viendo sus portentosos dedos (Steve Harris Style!!), los descansos comiendo el bocata mientras escuchábamos “Blackout” de Scorpions, la quedada de después de los ensayos en garitos como Wawanco o Neuras… no negaré que nos hubiera gustado llegar a algo, ¿pero sabéis una cosa?, ni falta que hizo.


Hoy, casi veinticinco años después de aquello, lo recuerdo como una de mis experiencias definitivas. Más tarde, a finales de los noventa, retomé con diferentes amigos el gusto por tocar los tambores, pero esa es otra historia. Por cierto, para los que os estéis preguntando que demonios de música hacíamos, la cosa está clara, hard & heavy muy influenciado por nuestros héroes de entonces (que en mi caso lo siguen siendo ahora): Kiss, Iron Maiden, UFO y similares, y para satisfacer curiosidades malsanas, deciros que clavábamos covers del “Natural Thing” de UFO, “Black Diamond” y “Love Gun” de Kiss, “Phantom Of The Opera” y “Trooper” de Maiden y el “Balls To The Wall” de Accept.

En fin, yo cruce la barrera y debí hacerlo bastante seguro, porque aún sigo de este lado. Seguro que vosotros también tenéis recuerdos de aquellos momentos en que empezábamos en esto del rock’n’roll.

2 comentarios: