BACK AND FORTH, EL DOCUMENTAL

Desde siempre soy fan de Dave
Grohl, me cae bien, por entrevistas parece un tipo con las ideas claras, un
buen tío con excelente sentido del humor y que después de haber vendido
millones de discos, todavía siente pasión por el rock y conserva el espíritu de
fan, eso que te hace disfrutar cuando conoces alguno de tus ídolos o consigues
trabajar con un músico al que siempre has admirado.
Sin embargo, a pesar de
haber seguido todos sus pasos de manera escrupulosa, se me había pasado
dedicarle unos momentos al documental “Back And Forth”. Fue gracias a la
recomendación de unos buenos amigos, cuando pensé que ya era hora de sumergirse en ese largometraje que recoge
desde los últimos días de Nirvana hasta la consagración de Foo Fighters como la
que seguramente es la última banda de estadios.
No hace falta decir que el
visionado de “Back And Forth” es absolutamente imprescindible, para todo aquel
que ame el rock´n´roll en el más amplio sentido del término. Igual que no hace
falta que seas fan de Motley Crue para disfrutar con la lectura de su atómico
libro “The Dirt”, con esta película pasa lo mismo, no importa que ni siquiera
sepas quienes son Foo Fighters, el documental nos muestra la faceta de Dave Grohl
como músico total, con talento, actitud y valentía para tomar decisiones
complicadas por el bien de su banda.

En otro largometraje
impresionante, el dedicado al líder de Motorhead, aparece Grohl conversando con
el mismo Lemmy y Bob Kulick sobre música, más concretamente sobre las primeras grandes
voces del rock´n´roll. Surgen los nombres de Jerry Lee Lewis, Little Richard y
Elvis, y es reconfortante ver a músicos con tanto bagaje sobre sus espaldas,
hablar con tanta pasión sobre sus gustos.
En “Back And Forth” se intuye ese
mismo amor cuando Grohl habla del suicidio de Kurt Cobain y de cómo afectó su
vida. La decisión de cambiar la batería por la guitarra y las voces y ponerse
al frente del escenario en su nuevo proyecto, Foo Fighters, era dura, pero tenía
que probarse a sí mismo y empezar a recuperar las ganas por hacer cosas.
Es muy bonito seguir la evolución
de cómo una banda de garaje acaba convirtiéndose en un grupo capaz de agotar
las entradas del Wembley Stadium con pasmosa facilidad, y decidir entonces,
cuando estás en lo más alto, que tu nuevo álbum (el excelente “Wasting Light”)
tiene que ser grabado en el sótano de tu casa, rodeado de la familia y con tu
hija pidiéndote que te vayas con ella a la piscina. Gente real, honesta,
pasional, que antepone su arte antes que cualquier otra cosa.

El camino evidentemente no ha
sido fácil, ha habido malas épocas que también quedan reflejadas. El momento en
que se decide que William Goldsmith no da la talla y se tiene que regrabar de
nuevo la batería (algo que hace el mismísimo Grohl), es delicado, y se
puede ver a un hombre totalmente atormentado por la decisión tomada, así como durante la sobredosis de Taylor Hawkins que deja el futuro de la banda en el aire.
Si
disfrutasteis con documentales ya clásicos como “Lemmy” o “The Story Of Anvil”,
no dejéis pasar la oportunidad de disfrutar de “Back And Forth”, os aseguro que
pasareis un buen rato.
UNA TRAYECTORIA IMPECABLE
Pocos pueden presumir de un currículum
como el suyo, la coartada alternativa se
la gana primero con Scream, la mítica banda de punk rock con la empieza a tener
algo de notoriedad a niveles underground. Más tarde con Nirvana alcanzaría el
estrellato total y absoluto, cuando los de Seattle explotan en todas las listas
con “Nevermind”. El siguiente “In Utero” y el estremecedor “Unplugged In New
York” también cuentan con sus baquetas, el suicidio de Kurt Cobain acabó con la
carrera del grupo, pero no con la de Grohl.

El solito (con la pequeña ayuda
de Greg Dulli de Afghan Whigs) graba el debut de Foo Fighters, un pepinazo de
puro rock que sorprende a todo el mundo. Él se encarga de todos los instrumentos,
pero para el futuro ya ha decidido cambiar los tambores por la guitarra y la
voz, a partir de ese momento, él será el frontman.
Era hora de formar una banda
y para ello reclutó a dos miembros del grupo Sunny Day Real State y a Pat
Smear, guitarrista de los seminales Germs y colaborador habitual de Nirvana. A
partir de ahí, el despegue definitivo, lento pero seguro, y en medio todavía
tenía tiempo para diferentes proyectos.
En 1994 se rueda “Backbeat”, un
film centrado en los primerísimos años de los Beatles, se forma una banda para
rodar la banda sonora y junto a Greg Dulli, Dave Pirner de Soul Asylum, Mike
Mills de R.E.M. o Thurston Moore de Sonic Youth, se cuelan las baquetas de Dave
Grohl. Nunca se habían oído versiones tan desenfrenadas y garajeras del “Long
Tall Sally”, “Carol”, “Rock And Roll Music” o “C´Mon Everybody”.

Otro de sus grandes logros fue
Probot, un proyecto en el que nuestro protagonista compone una canción para
cada uno de sus cantantes de heavy metal favoritos, se la envía y ellos la
graban, así de sencillo. La lista tira de espaldas, Lemmy Kilmister de
Motorhead, Cronos de Venom, Mike Dean de Corrosion Of Conformity, Wino de Saint
Vitus/Obssessed, Mac Cavalera de Sepultura, King Diamond de Mercyful Fate,
Tom.G.Warrior de Celtic Frost, Eric Wagner de Trouble, Lee Dorrian de Cathedral
y hasta el mismo Snake de Voivod, graban el que para mí, es uno de los mejores
discos editados en el 2004, un trallazo de puro metal.
Las colaboraciones
siguen estando a la orden del día, si se lo piden, le apetece y tiene tiempo no
tiene nunca una negativa, de esta forma toca al lado de Lemmy, Melvins, Tony
Iommy, David Bowie, Nine Inch Nails, Mike Watt, Garbage y de nuevo se embarca
en otro superproyecto.
Otro nombre que logra el
estrellato después de tirarse media vida en la oscuridad del underground es
Josh Homme, ex guitarrista de los imprescindibles Kyuss, que con Queens Of The
Stone Age, alcanza altas cotas de popularidad. En 2002 y después de un par de
potentes discos, Homme recluta al ex cantante de Screamin Trees, Mark Lanegan y
sí, lo habéis adivinado, Dave Grohl a la batería. Casualidad o no, “Song For
The Deaf” se convierte en el álbum más exitoso de la banda, catapultando el
nombre de Queens Of The Stone Age a lo más alto.

Lo había conseguido casi todo, había vivido
el underground tocando en los tugurios más infectos del punk rock, había hecho
historia con Nirvana y también había conseguido llevar su propia banda a lo más
alto. Si eso no fuera poco, había trabajado con casi todos sus ídolos, a la
impresionante lista antes citada añade por fin a un Beatle, cuando el mismísimo
Paul McArtney lo reclama para festejar que Liverpool es en el 2008 la capital
europea de la cultura. Él mismo lo recuerda así: “Unirme a la banda de Paul
McArtney para tocar “Band Of The Run” es algo que no se puede explicar sólo con
palabras, miraba a un lado y ahí estaba él, ¡un beatle!, ¡y yo estaba tocando
en el mismo escenario!, uno de los momentos musicales más felices de mi vida, a
veces los sueños se cumplen”.
Con su enésimo proyecto, Them
Crooked Vultures, cumple otro de sus grandes deseos, trabajar con un miembro de
Led Zeppelin, el tímido y escurridizo John Paul Jones, al que también se añade
Josh Homme, de Queens Of The Stone Age, con los cuales graba un nuevo álbum
donde una vez más rompe con todos los esquemas.

Para acabar, dejemos que sea
él mismo quien se defina como músico total: “Sólo soy un tío que compone
canciones y disfruta tocándolas para la gente. He sido muy afortunado, siempre
he encontrado gente con gran talento y una paciencia infinita que me han
empujado ser mejor músico, si tengo una habilidad especial, es haberme sabido
rodear siempre de gente especial, tanto en la música como en mi vida privada, y
si siembras, al final acabas recogiendo una buena cosecha. ¿Un consejo para los
grupos que empiezan? No creo que sea el más indicado, pero tan sólo les diría
que sean honestos, perseverantes y profesionales, si encima la suerte les
acompaña, éste es el mejor negocio en el que puedes estar metido”.